Hablemos en serio: no necesitas otra lista de objetivos, sino una posibilidad viva que te encienda por dentro y te organice por fuera. En este artículo vas a aprender a distinguirla de un anhelo o una meta, a declararla de forma poderosa y a sostenerla en la práctica con compromisos, conversaciones efectivas y pequeñas acciones consistentes. Te llevaremos paso a paso: desde elegir un horizonte inspirador hasta diseñar tu contexto, gestionar los “peros” y medir tu avance sin perder el ánimo. Si estabas buscando una guía aterrizada para vivir desde el futuro que quieres crear, aquí encontrarás el mapa y las herramientas.

¿Qué es una posibilidad viva?
Una posibilidad viva no es un deseo, ni una meta, ni un objetivo. Es una declaración poderosa desde la cual comenzamos a vivir ahora. No es algo que esperamos que ocurra en el futuro, es un espacio de ser que ya comenzamos a habitar en este momento.
Por ejemplo, decir “Soy una expresión de amor incondicional” o “Estoy creando relaciones auténticas y transformadoras” no describe una situación actual, sino una posibilidad que, al ser declarada y sostenida, comienza a tomar forma en el presente.
Una posibilidad viva tiene fuerza porque está encarnada. Vive en tu lenguaje, en tus elecciones, en tu forma de estar en el mundo. No es solo una visión en papel, es una experiencia sentida, compartida, que puede ser percibida por otros.
Cómo nace una posibilidad viva
Las posibilidades vivas no se sacan de la manga ni se “visualizan”. Se declaran, y se declaran desde el compromiso. No están basadas en lo que creemos posible según el pasado, sino en lo que estamos dispuestos a crear desde el presente.
El primer paso para declarar una posibilidad viva es abrirse al no saber, al misterio. Implica soltar el control, dejar de repetir patrones y animarse a imaginar sin límites. Una posibilidad nace en un espacio de honestidad y vulnerabilidad.
Luego viene la responsabilidad radical. Crear una posibilidad no es simplemente inspirarse, es hacerse cargo de lo que hay, reconocer lo que no está funcionando y declarar lo que se quiere crear sin garantías. Desde ese momento, comienza el trabajo de sostenerla.
Obstáculos comunes para sostener una posibilidad viva
Sostener una posibilidad viva no es fácil. Existen fuerzas internas y externas que constantemente intentan apagarla. Una de las principales es el escepticismo: esa voz interna que dice “no va a funcionar”, “es demasiado idealista”, “mejor no me ilusiono”.
Otro enemigo silencioso es la resignación, que se disfraza de realismo. Cuando nos resignamos, seguimos funcionando, pero hemos dejado de creer que algo nuevo es posible. Nos volvemos expertos en “lo que hay” y nos desconectamos de lo que podría ser.
También está el peso del pasado y las creencias limitantes. Si nuestra historia personal está marcada por fracasos, traiciones o frenos, muchas veces interpretamos esas experiencias como verdades absolutas. Y esas “verdades” se convierten en filtros que nos impiden sostener algo diferente.
Herramientas para sostener una posibilidad viva
Afortunadamente, hay prácticas concretas que pueden ayudarte a mantener tu posibilidad encendida:
- Declaraciones poderosas: Repite con conciencia tu posibilidad todos los días. No como un mantra mágico, sino como un acto de creación. Tu lenguaje es tu herramienta más poderosa.
- Espacios de presencia: Medita, respira, detente. La conexión contigo mismo es vital para no perderte en la rutina. La presencia te permite recordar desde dónde estás actuando.
- Entornos de apoyo: Rodéate de personas que reconozcan y honren tu posibilidad. Conversa con quienes sostienen sus propias posibilidades. Evita los espacios donde el cinismo es la norma.
- Diseño de acciones coherentes: Actúa alineado con tu posibilidad, aunque sea en lo pequeño. No necesitas que todo cambie de golpe. Basta con mantener la coherencia entre lo que declaras y lo que haces.
El poder del lenguaje en la creación continua de posibilidad
El lenguaje no solo describe la realidad: la crea. Cada vez que hablas desde tu posibilidad, la fortaleces. Y cada vez que hablas desde la queja, la duda o el miedo, la debilitas.
Vivir una posibilidad viva requiere hablar desde ella, no sobre ella. Esto significa que tus conversaciones deben estar alineadas con tu compromiso, y no con tus estados emocionales pasajeros.
También implica aprender a escuchar activamente. Escuchar no para reaccionar, sino para reconocer la posibilidad que el otro está trayendo. Una conversación puede abrir nuevos mundos si está bien sostenida.
Cómo vivir alineado con una posibilidad viva
Sostener una posibilidad viva no se trata de repetir frases bonitas, sino de vivir alineado con ella en el día a día. Esto implica tres grandes pilares:
- Acción coherente: ¿Estás actuando desde tu posibilidad o desde tus miedos? Cada decisión es una oportunidad para alinearte.
- Diseño de contexto: Modifica tus hábitos, tus rutinas y tus relaciones para que sostengan lo que quieres crear. No esperes que tu posibilidad sobreviva en un entorno que la apaga.
- Gestión de quiebres: Los quiebres son inevitables. Lo importante no es evitarlos, sino usar cada quiebre como una oportunidad para rediseñar tu compromiso.
Posibilidad viva y liderazgo transformacional
Un líder no solo guía, crea contextos donde las posibilidades puedan vivir. Un liderazgo transformacional se mide no por resultados, sino por su capacidad de sostener y expandir posibilidades vivas en otros.
Los líderes que operan desde esta visión no motivan con premios o castigos. Inspiran desde la coherencia, escuchan profundamente, y declaran futuros que movilizan.
Un ejemplo clásico es el de un líder que, en medio de una crisis, declara: “Aquí hay una oportunidad de reinventarnos como nunca antes”. Esa declaración no niega el problema, lo trasciende al abrir un nuevo espacio de acción.
Preguntas frecuentes sobre posibilidad viva
¿Qué diferencia hay entre una meta y una posibilidad viva?
Una meta es un resultado específico que quieres alcanzar. Una posibilidad viva es un espacio de ser desde el cual vives, que puede contener muchas metas alineadas, pero no depende de ellas para existir.
¿Cómo sé si estoy sosteniendo una posibilidad viva o solo una fantasía?
Una posibilidad viva se refleja en tu lenguaje, tus acciones y tus relaciones. Una fantasía se queda en tu mente sin generar movimiento. Si estás comprometido, incómodo y en transformación, probablemente estás sosteniendo una posibilidad viva.
¿Se puede sostener una posibilidad viva en medio de dificultades?
Sí, de hecho, es en la dificultad donde se prueba si tu posibilidad está viva o no. Las circunstancias no definen tu compromiso. Sostenerla en medio del caos es parte del camino transformacional.
¿Cuál es el rol de la comunidad en mantener viva una posibilidad?
La comunidad es un contenedor. Las posibilidades individuales se fortalecen cuando están en un ecosistema de conversaciones, relaciones y contextos que las nutren. No estamos hechos para sostener posibilidades solos.
¿Qué hacer cuando siento que la posibilidad se está apagando?
Regresa al origen. Reconéctate con la declaración. Habla con alguien que te escuche sin juicio. Observa si estás actuando desde el miedo o desde el compromiso. Y si es necesario, vuelve a declarar.
Conclusión
Una posibilidad viva no es una ocurrencia emocional ni un estado pasajero. Es un compromiso encarnado, sostenido desde el lenguaje, la acción y la conciencia. Es un futuro que eliges traer al presente, a pesar de los miedos, de las dudas y de lo que te diga la “realidad”.
Sostenerla requiere valentía, práctica y apoyo. Pero también te da dirección, sentido y energía para vivir de forma auténtica. Si hoy estás leyendo esto, quizá ya hay una posibilidad que quiere ser vivida a través de ti.
¿Cuál es esa posibilidad? ¿Estás listo para sostenerla?
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